Reducción Mamaria

Los senos de la mujer son, sin duda, uno de los elementos más importantes de la belleza femenina y el emblema de la maternidad.

La hipertrofia mamaria es una afección caracterizada por un aumento del volumen de los senos por encima de sus proporciones normales. Estas hipertrofias pueden darse en la pubertad (hipertrofia virginal de la mama) y entre sus causas figura una hipersensibilidad a las hormonas femeninas. A pesar de que la piel en las mujeres jóvenes suele ser tónica, la aparición de esta patología acostumbra a provocar grietas (estrías). En la mujer adulta, la hipertrofia suele deberse a un aumento del tejido graso que invade la trama conjuntiva mamaria. Como consecuencia, la mama suele ser grande, dura, poco elástica y su vasculación precaria.

El sobrepeso que significa una mama hipertrófica conduce con frecuencia a trastornos funcionales como dolores de espalda o alteraciones en la posición de la columna vertebral, acentuadas por el hábito que suelen tener estas pacientes de adelantar los hombros para hacer retroceder el tórax y con ello disimular el tamaño de la mama.

La reducción de mamas o mamoplastia de reducción es una técnica quirúrgica que tiene como objetivo principal la modificación de la forma y tamaño de la mama para adecuarla a los requerimientos estéticos y funcionales de la paciente.

Preguntas frecuentes

Como en todas las intervenciones, es imprescindible realizar un examen médico previo para detectar cualquier posible anomalía que pudiera contraindicar la operación. La reducción mamaria es una técnica minuciosa, por lo que requiere una correcta evaluación de cada caso particular para adecuar el resultado final a los deseos de la paciente.

Existen muchos procedimientos descritos pero, en síntesis, todos ellos persiguen dos objetivos fundamentales: elevar la areola y el pezón y reducir el tamaño de la mama, consiguiendo con ello un volumen, forma y turgencia lo más perfectos posible con unas cicatrices residuales disimuladas.

La elección de un modo u otro de intervención dependerá del volumen y atributos de la mama: altura del pezón, anchura del pedículo de implantación, su prolongación hacia la axila y la distancia que separa una mama de la otra en el centro.

Según estas características, las cicatrices podrían ser de tres tipos: una cicatriz alrededor del complejo areola-pezón; una cicatriz como la anterior más una cicatriz vertical que iría desde la areola hasta el pliegue submamario; las dos anteriores más un cicatriz horizontal en el surco submamario, quedando una cicatriz en forma de T invertida que recorrería dicho surco.

La cicatriz resultante es una fina línea que se disimula muy bien en el pliegue submamario y que es invisible en ropa interior o traje de baño.

Una vez finalizada la cirugía, deberá permanecer en el hospital 24 horas. Antes de darle el alta, se retiran los drenajes y se sustituye el vendaje adhesivo por un sujetador elástico especial.

Tras la cirugía, probablemente tendrá algunos hematomas e hinchazón en la zona, y notará cierta sensación de tirantez y algunas molestias al mover los brazos. Para aliviarlas, puede tomar analgésicos.

El sujetador elástico deberá llevarse por lo menos durante un mes, evitando el uso de sujetadores con aros.

El ejercicio físico puede efectuarse de manera progresiva y gradual a partir del primer mes.

Tras la retirada de los puntos (transcurridos unos diez o quince días desde el momento de la operación), se iniciará el proceso de tratamiento de la cicatriz, de gran importancia. Cuando la cicatriz es en T invertida, ésta ya tendrá su longitud y forma definitivas. Para prevenir que se deforme y lograr un mejor aspecto, es recomendable el uso durante largo tiempo de láminas de compresión, en la actualidad de silicona, que se llevan durante el día y se retiran por las noches, momento en el cual se realizará un masaje suave con cremas hidratantes y reconstituyentes. Para poder valorar el resultado de una cicatriz, debemos dejar pasar varios meses.

La cirugía se realiza con anestesia general. Su duración suele llevar entre 2 y 3 horas.

Este tipo de intervención, ¿qué riesgos conlleva?
Como cualquier intervención quirúrgica, los riesgos pueden ser hemorragias, infección y complicaciones relativas a la anestesia. En cuanto a la mamoplastia de reducción, aunque el índice de complicaciones de estas intervenciones es bajo, los principales riesgos son:

  • Disminución en la sensibilidad del pezón y de la piel de los senos, que puede ser temporal o permanente.
  • La cicatriz. Aunque en la mayoría de los casos tiene una apariencia satisfactoria, a veces se necesita cirugía correctiva u otros tratamientos.
  • La abertura de suturas, siendo el punto más delicado el de cruce de las dos ramas de la T. En esto influye mucho la tensión a que han sido cerradas y el trato dado a los tejidos, especialmente en el borde de las heridas.
  • Pequeñas diferencias de tamaño, forma y situación de senos y pezones que en un número muy reducido de casos requieren una nueva intervención.
  • Las necrosis cutáneas, que pueden afectar especialmente a la areola cuando ha sido trasladada a gran distancia, cuando ha sido sometida a tensión o compresión o cuando se trata de un injerto libre.
  • La disminución de la capacidad de lactancia. Al tener que desplazar la areola-pezón a cierta distancia de su ubicación inicial, se deben desconectar parcialmente lo conductos galactóforos, lo que puede provocar una reducción de la posibilidad de lactar. Si esto no sucede, la lactancia se llevará a cabo sin ningún tipo de problema.

¿Cómo se deberá dormir los primeros días después de la intervención?
Mientras las cicatrices no estén del todo curadas, mejor no dormir boca abajo. Además deberá dormir con sujetador durante el periodo en que se usa como vendaje.

¿Se podrá usar bikini sin que se noten las cicatrices y tomar el sol en top-less?
Aunque las cicatrices se disimulan mucho y quedan perfectamente ocultas con el sujetador más pequeño, nunca desaparecerán por completo. Para que el sol no afecte o perjudique la cicatriz, deberá pasar al menos un año.

¿Cuándo se podrá reincorporar a la vida laboral?
Depende del tipo de trabajo que realice. Si el trabajo es de despacho o similar, podrá incorporarse al segundo día después de la intervención. Para trabajos que exigen movimientos o esfuerzos que afectan al pecho, como por ejemplo masajista, peluquera, etc., es conveniente esperar que pasen de 7 a 10 días.