Blefaroplastia
La cirugía de los párpados (blefaroplastia) es una técnica quirúrgica que consiste en corregir el exceso de piel y las bolsas de grasa de los párpados superiores e inferiores.
Estos síntomas, causados por el paso de los años, dan una apariencia de envejecimiento y cansancio que afecta al conjunto de la cara. No hay una edad más adecuada para este tipo de intervención ya que la aparición de bolsas bajo los ojos puede darse tanto en edades tempranas como avanzadas, aunque a medida que los tejidos de esa zona se van relajando, se acentúan las bolsas y hay más piel en exceso.
La cirugía de los párpados es una cirugía breve, con un postoperatorio sencillo y con unos resultados duraderos
Preguntas frecuentes
El cirujano plástico le indicará qué pasos debe seguir en cada momento sobre cómo prepararse para la intervención.
Durante la primera consulta, evaluará el estado de sus ojos (grado de visión, producción de lágrimas o posibles problemas infecciosos) y su estado de salud general. Es importante que usted le informe sobre sus hábitos cotidianos (si es fumador o ingiere alcohol), si utiliza gafas o lentillas, si tiene alergia o consume algún medicamento, etc.
El especialista le indicará qué tipos de cuidados básicos deberá seguir durante los días previos a la operación. La piel deberá estar bien hidratada y limpia, libre de restos de cosméticos, y sin ningún tipo de lesión.
En cuanto a sus ojos, no debe haber ninguna infección que necesite cuidados especiales. No es necesario acudir al oftalmólogo antes de la operación, aunque es recomendable que le facilite al cirujano su último examen oftalmológico.
La cirugía de los párpados superiores consiste en extirpar la piel sobrante y restaurar la tensión normal del músculo. En los casos que lo requieren, también se extirpan las bolsas de grasa. En los párpados inferiores, se eliminan las bolsas de grasa que en ocasiones pueden llegar a tener grandes dimensiones.
Esta intervención puede realizarse de dos maneras:
Vía externa: se realiza un pequeño corte bajo las pestañas por el que se extraen las bolsas de grasa y se cierra mediante una sutura muy fina que, al mismo tiempo, sirve para tensar la piel.
Vía interna (transconjuntival): consiste en hacer una pequeña incisión en el interior del párpado, sin herida externa, por la que se saca la grasa a través de la mucosa interna del párpado. No es necesaria sutura ya que este tejido cicatriza muy bien por sí mismo. En este tipo de operación se protegen los ojos con unos lentes de contacto especiales (protector ocular) después de poner unas gotas anestésicas. Este procedimiento es el más común para personas menores de 45 años que no necesitan que se extirpe piel. La gran ventaja de esta técnica es que no deja cicatriz y que no puede cambiar la forma de los ojos.
En ambos casos la piel de la zona circundante a los ojos queda protegida con unos apósitos estériles durante todo el proceso.
La duración de la intervención acostumbra a ser de media a una hora, dependiendo de si se operan los cuatro párpados a la vez o sólo los superiores o los inferiores.
Esta intervención no requiere ingreso hospitalario. Una vez realizada la operación, pasará unas horas en observación y podrá ser dado de alta.
Durante los días posteriores a la intervención pueden aparecer molestias sobre los párpados que se alivian sin problemas con la medicación indicada por el cirujano.
Es muy importante no tocar nunca las heridas. Si apareciese irritación en los ojos, signos de conjuntivitis, de infección, o reacciones a la anestesia, deberá consultar a su especialista antes de tomar ningún medicamento.
Desde el primer día y hasta pasados dos meses, deberá proteger la zona del sol con gafas grandes que resguarden lateralmente. Transcurridos diez días de la operación, podrá maquillarse para disimular los restos de hematomas y las cicatrices, si es que todavía son visibles. Es conveniente utilizar un fotoprotector de alta graduación que puede usarse como base para el maquillaje.
Se le indicará cuándo puede volver a ver la televisión (habitualmente veinticuatro horas después de la intervención), a leer (por lo general transcurridas cuarenta y ocho horas), cuándo podrá volver a utilizar lentes de contacto si las necesita y cuándo incorporarse al trabajo (normalmente entre el quinto y el séptimo día después de la blefaroplastia). A partir de entonces, podrá reintegrarse a la vida social sin señal alguna de la intervención.
Antes de la intervención, el anestesista le realizará una serie de pruebas sobre su estado cardíaco, respiratorio y circulatorio para determinar cual es el tipo de anestesia que más le conviene. Habitualmente la blefaroplastia se realiza bajo anestesia local, inyectada únicamente en la zona a intervenir. En este caso, el paciente permanece despierto pero sedado.
En algunas ocasiones, si el especialista lo considera conveniente, puede utilizarse anestesia general. Sea cual sea la anestesia empleada, no sentirá dolor alguno durante la intervención ni podrá ver las manos del cirujano ni los instrumentos quirúrgicos, ya que sus ojos estarán protegidos.
¿Qué medicamentos deben evitarse antes y después de la operación?
El cirujano dará instrucciones específicas para que no ingiera anticoagulantes aspirina, vitamina E de algunos fármacos, etcétera, con suficiente antelación. En caso de que esté tomando otro tipo de medicación, su especialista la revisará y le dará instrucciones al respecto.
¿Cambiará la forma de los ojos?
Es posible que se perciba ligeramente distinta, pero se trata de un cambio sutil que dependerá de varios factores que se discuten con el cirujano antes de la intervención, como por ejemplo elevar la cola de las cejas caídas o realizar también un lifting parcial en la frente. Pero lo más corriente es que, sencillamente, el paciente perciba la renovada vivacidad y expresividad de los ojos, recuperando la forma de antaño.
¿En qué casos está contraindicada esta intervención?
La blefaroplastia, como toda operación quirúrgica, está contraindicada únicamente en aquellos pacientes que, por cuestión de salud, pueden reaccionar negativamente a la anestesia, al proceso quirúrgico o a la recuperación, de ahí la importancia de realizar las pruebas preoperatorias completas.
¿Qué riesgos específicos presenta la blefaroplastia?
La blefaroplastia, como todo procedimiento quirúrgico, no está exenta de ciertos riesgos inherentes entre los cuales destacan:
- Hemorragias o infección. Se trata de riesgos poco frecuentes pero posibles en toda intervención.
- Alteración de la cicatriz: aunque se espera una buena cicatrización después de una cirugía, pueden darse cicatrices anormales entre el párpado y los tejidos subcutáneos. Las cicatrices pueden ser poco atractivas y la piel que las rodea de colores poco uniformes.
- Asimetría: la región de la cara y el cuerpo humano es normalmente asimétrica. Una vez que se realice cirugía de blefaroplastia, puede haber una variación de un lado al otro.
- Irritación ocular.
- Ectoprión: el desplazamiento del párpado inferior en dirección opuesta del globo ocular es una complicación rara. Se podrá requerir más cirugía para corregir esta condición.
- Otro posible problema, si se extrae más grasa de la conveniente del párpado inferior, es que el rostro podría adquirir un aspecto ojeroso.
¿Es seguro repetir una blefaroplastia pasados los años?
La intervención sobre los párpados superiores puede repetirse pasados varios años si es necesario. La intervención de los párpados inferiores se realiza con el objetivo de sacar la grasa de las bolsas que allí se forman y, en nuestra experiencia, esta grasa no vuelve a aparecer hasta pasado mucho tiempo.
Si se tiene la costumbre de dormir siempre de un lado, ¿cómo puede evitarse mover la cabeza hacia aquel lado durante los días del postoperatorio?
No ocurrirá nada malo por dormir de lado, aunque los primeros cuatro días (cuando todavía hay puntos de sutura), es más aconsejable dormir boca arriba. Si resulta difícil, puede ayudar el hecho de recordar que el inconsciente se manipula con mayor facilidad de lo que usualmente suponemos.
Si tras la intervención, siempre que se desee dormir se concentra varios minutos diciéndose a sí mismo que lo hará relajado y cómodo, absolutamente inmóvil y que el sueño será reparador, así ocurrirá. Otra opción es utilizar un cojín en forma de U, los típicos para ayudar a personas que padecen dolores en la zona cervical, y encajarse entre otros cojines duros que no permitan movimiento.